El barco estaba comandado por el veterano capitán Edward John Smith, el más experimentado y prestigioso de la White Star Line, quien previamente al viaje, expresó que éste iba a ser su último mando, antes de jubilarse, porque deseaba estar más tiempo con su esposa y su hija. Smith había comentado para una revista de la época que: -”No puedo concebir que algo pueda hundir a los barcos de hoy, la construcción moderna va mucho más allá que esto.”-
-Entre la primera, segunda y tercera clase, habían en total 2.224 pasajeros, quienes disfrutaron de un hermoso palacio flotante, con lujosos comedores, piscina interior, bibliotecas, gimnasio, alumbrado a todas horas y baños turcos.
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